El momento de más tensión de mi vida. El 27 de agosto sobre las 5 de la tarde en Tokyo, camino a la piscina a por el último entrenamiento antes de los Juegos Paralímpicos.
La foto no es ninguna maravilla artística, pero @angelsalamancatri supo captar ese estado mental. Fue un viaje de unos 30-40’ (para mí duró horas) y mi cabeza era una olla a presión.
Mezcla de pensamientos entre: “qué hago aquí?; esto vale la pena?; con lo tranquilo que estaría en casa”. Y otros como: “donde hemos llegado; todavía no me creo que yo haya podido llegar hasta aquí; cuantos días de trabajo han hecho falta”. Precisamente esto último era lo que intentaba tener en la cabeza, que yo había trabajado todos y cada uno de los días al 100% para ese momento. No me podía reprochar nada.
No, no fue un momento agradable (tenía a @tavotui1 justo al lado y fuimos todo el viaje igual: sin hablar, sin mirar el móvil, en silencio, pero con gritos en la cabeza). Y es que a veces se nos olvida que para llegar a momentos felices, es necesario pasar y superar momentos difíciles.
Gracias a los que de una u otra forma, han estado para que superarlos sea más fácil.